miércoles, 3 de mayo de 2017

EL RESULTADO






     ¿Piensas en la vida? ¿Piensas en la muerte? Pues si sí, o pues si no, no va alterar el desenlace final. Eso está claro.

    Pero sí, y mucho, el resultado. El resumen. Tu valor añadido. El sentido a tu existencia. Tu felicidad, en suma.

    Un hombre, que escucha en la radio de su coche, mientras conduce, la noticia de que alguien parecido a él ha muerto  en esa misma carretera, detiene su auto y se pregunta si ha sido él, o qué hubiera pasado si hubiera sido él. Máxime cuando empiezan a ocurrirle una serie de cosas extrañas. 

    Así arranca mi reciente novela “El claxon”. La escribí para promover la inquietud, aparte del disfrute por el suspense de la obra, en el lector y recapacite que la mejor forma de vivir la vida es pensar, de vez en cuando, sin obsesionarse, en la muerte. Y reflexione sobre el amor, el perdón y las segundas oportunidades.

     Porque solo se vive una vez.  Y no hay marcha atrás del tiempo perdido.  O la misma tiene un coste altísimo.  Porque el tiempo, treinta mil días aproximadamente, es en el fondo, lo único que tenemos.

       El claxon es pues un aldabonazo en nuestras conciencias, un grito que lanza el protagonista que se siente morir. Y que quiere ser escuchado antes de hacerlo. Para hablarnos de las segundas oportunidades que él no tuvo. O sí. Habrá que descubrirlo. Saber cómo fue el resultado cuando la arena de su reloj se termine.

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